Renacimiento europeo
Durante el
siglo XII, particularmente en Italia y en España, se traducen textos árabes y
se redescubren los griegos. Toledo se vuelve un centro cultural y de
traducciones; los escolares europeos viajan a España y a Sicilia en busca de
literatura científica árabe incluyendo el Compendio de cálculo por compleción y
comparación de al-Khwārizmī, y la versión completa de los Elementos de
Euclides, traducida a varios idiomas por Adelardo de Bath, Herman de Carinthia,
y Gerardo de Cremona.
El crecimiento
económico y comercial que conoce Europa, con la abertura de nuevas rutas hacia
el oriente musulmán, permite también a muchos mercaderes familiarizarse con las
técnicas transmitidas por los árabes. Las nuevas fuentes dan un impulso a las
matemáticas. Fibonacci escribe su Liber Abaci en 1202, reeditado en 1254,
produce el primer avance significativo en matemática en Europa con la
introducción del sistema de numeración indio: los números arábigos (sistema de
notación decimal, posicional y con uso común del cero). En teoría enseñada en
el Quadrivium, pero también destinada a la práctica comercial. Esta enseñanza
se transmite en las botteghe d'abbaco o «escuelas de ábacos», en donde los
maestri enseñaban la aritmética, la geometría y los métodos calculatorios a los
futuros comerciantes, a través de problemas recreativos, conocidos gracias a
«tratados de álgebra» que estos maestros han dejado. Aunque el álgebra y la
contabilidad corren por senderos separados, para cálculos complejos que
involucran interés compuesto, un buen dominio de la Aritmética es altamente
valorado.
Hay un fuerte
desarrollo en el área de las matemáticas en el siglo XIV, como la dinámica del
movimiento. Thomas Bradwardine propone que la velocidad se incrementa en
proporción aritmética como la razón de la fuerza a la resistencia se incrementa
en proporción geométrica, y muestra sus resultados con una serie de ejemplos
específicos, pues el logaritmo aún no había sido concebido; su análisis es un
ejemplo de cómo se transfirió la técnica matemática utilizada por al-Kindi y
Arnau de Vilanova.
Los
matemáticos de esta época (tales como los calculatores de Merton College, de
Oxford), al no poseer los conceptos del cálculo diferencial o de límite
matemático, desarrollan ideas alternativas como por ejemplo: medir la velocidad
instantánea como la "trayectoria que habría seguido [un cuerpo] si...
hubiese sido movido uniformemente con un mismo grado de velocidad con el que es
movido en ese instante dado"; o bien: determinar la distancia cubierta por
un cuerpo bajo movimiento uniforme acelerado (hoy en día resuelto con métodos
de integración). Este grupo, compuesto por Thomas Bradwardine, William
Heytesbury, Richard Swineshead y John Dumbleton, tiene como principal éxito la
elaboración del teorema de la velocidad media que más tarde, usando un lenguaje
cinemático y simplificado, compondría la base de la "ley de la caída de
los cuerpos", de Galileo.
Ritratto di
Luca Pacioli, 1495, atribuido aJacopo de'Barbari (Museo di Capodimonte).
Nicolás Oresme
en la Universidad de París y el italiano Giovanni di Casali, proveyeron
-independientemente- una demostración gráfica de esta relación. En un
comentario posterior a los Elementos, Oresme realiza un análisis más detallado
en el cual prueba que todo cuerpo adquiere, por cada incremento sucesivo de
tiempo, un incremento de una cualidad que crece como los números impares.
Utilizando el resultado de Euclides que la suma de los números impares son los
cuadrados, deduce que la cualidad total adquirida por el cuerpo, se
incrementará conforme el cuadrado del tiempo.
Luca Pacioli
escribe "Summa de Arithmetica, Geometría, Proportioni et
Proportionalità" (Venecia, 1494), en donde se incluyen tratados de
contabilidad y ecritura; si bien estaba dirigido a mercaderes o aprendices de
mercaderes, también contenía acertijos y rompecabezas matemáticos. En Summa
Arithmetica, Pacioli introduce símbolos por primera vez en un libro impreso, lo
que luego se convirtió en una notación convencional. También es el primer libro
conocido de álgebra (mucho del contenido es plagiado de Piero della Francesca).
Durante la
primera mitad del siglo XVI, Scipione del Ferro y Niccolò Fontana Tartaglia
descubren las soluciones complejas de las ecuaciones cúbicas, trabajando en la
resolución de ecuaciones. Retomado por Tartaglia y publicado por Cardan, encuentran
una primera formulación junto con Bombelli.Gerolamo Cardano publicará el Ars
magna junto con un trabajo de su alumno Ferrari, quien resuelve las ecuaciones
de cuarto grado. En 1572 Rafael Bombelli publica su L'Algebra, en el que
muestra cómo utilizar las cantidades imaginarias que podrían aparecer en la
fórmula de Cardano para las ecuaciones de grado tres.
Hasta fines
del siglo XVI, la resolución de problemas matemáticos continúa siendo una
cuestión retórica. El cálculo simbólico aparecerá en 1591, con la publicación
del Isagoge Artem Analycitem de François Viète y la introducción de notaciones
específicas para las constantes y las variables (trabajo popularizado y
mejorado por Harriot, Fermat y Descartes, cambiará por completo el trabajo
algebraico desarrollado en Europa).
La Revolución
Científica de los siglos XVII y XVII
Las
matemáticas se inclinan sobre aspectos físicos y técnicos. Isaac Newton y
Gottfried Leibniz crean el cálculo infinitesimal, con lo que se inaugura la era
del Análisis Matemático, la derivada, la integración y las ecuaciones
diferenciales.
El universo
matemático de comienzos del siglo XVIII está dominado por la figura de Leonhard
Euler y por sus aportes tanto sobre funciones matemáticas como teoría de
números, mientras que Joseph-Louis Lagrange alumbra la segunda mitad del siglo.
El siglo precedente
había visto la puesta en escena del cálculo infinitesimal, lo que abría la vía
al desarrollo de una nueva disciplina matemática: el análisis algebraico, en el
que, a las operaciones clásicas del álgebra, se añaden la diferenciación y la
integración. El cálculo infinitesimal se aplica tanto en la física (mecánica,
mecánica celeste, óptica, cuerdas vibrantes) como en geometría (estudio de
curvas y superficies). Leonhard Euler, enCalculi différentialis (1755) y en
Institutiones calculi integralis (1770), intenta establecer las reglas de
utilización de los infinitos pequeños y desarrolla métodos de integración y de
resolución de ecuaciones diferenciales. También se destacan los matemáticos
Jean le Rond d'Alembert y Joseph-Louis Lagrange. En 1797, Sylvestre François
Lacroix publica Traité du calcul différentiel et intégral que es una síntesis
de los trabajos del Análisis del siglo XVIII. La familia Bernoulli contribuye
al desarrollo de la resolución de las ecuaciones diferenciales.
La función
matemática se vuelve un objeto de estudio a parte entera. Matemáticos de la
talla de Brook Taylor, James Stirling, Euler, Maclaurin o Lagrange, la utilizan
en problemas de optimización; se la desarrolla en series enteras o asintóticas
pero sin preocuparse de su convergencia. Leonhard Euler elabora una
clasificación de funciones. Se intenta aplicarla a los reales negativos o
complejos. El teorema fundamental del álgebra (existencia de raíces
eventualmente complejas a todo polinomio) que tenía forma de conjetura desde hacia
dos siglos, es revalorizado en la utilización de ladescomposición en elementos
simples, necesario para el cálculo integral. Sucesivamente, Euler (1749) y
Lagrange (1771), intentan demostraciones algebraicas pero se enfrentan a la
parte trascendente del problema (todo polinomio de grado impar sobre R posee
una raíz real), que necesitará de la utilización de un teorema de valores
intermedios.
La
demostración de D'Alembert publicada en 1746 en los anales de la academia de
Berlín, es la más completa pero contiene aún algunas lagunas y pasajes
obscuros. Gauss, en 1799, que critica a D'Alembert sobre estos puntos, no está
exento de los mismos reproches. Hay que hacer intervenir en un momento un
resultado fuerte del Análisis que el siglo aún no conoce. Además, este
obstáculo se sitúa en la cuestión de los puntos de bifurcación: es una cuestión
ya debatida en la polémica sobre los logaritmos y los números negativos a la
que pondrá fin Euler. La segunda y tercera demostración de Gauss no adolecen de
estas carencias, pero ya no se inscriben dentro del mismo siglo.
En aritmética,
Euler demuestra el pequeño teorema de Fermat y da una versión extendida a los
números compuestos (1736-1760).
Durante los periodos de ensenanza de la matematica en el colegio poco se aprende sobre la historia de esta ciencia y sus principales precursores y sus aporte.
ResponderEliminarPor David